Lyn Yutang continúa diciendo: “Tan sutil es la fragancia de la orquídea que no parece hacer esfuerzos particulares por complacer a nadie. Pero cuando hay quienes la aprecian, ¡cuán divina es su fragancia!
Es así un símbolo de la verdadera amistad, porque un libro antiguo dice: ‘Después de entrar y estar en una casa con orquídeas un largo rato, cesa uno de sentir la fragancia’, al quedar penetrado de ella”.
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